Pautas educativas básicas


Pautas educativas básicas


Nunca debemos olvidar: LO IMPORTANTE SON LOS NIÑOS y su futuro, comportamiento… Sus posibilidades en la vida dependerán mucho de la educación que reciban, por lo que es muy importante no cometer errores graves.
A continuación voy a exponer unas pautas educativas básicas. A pesar de ser básicas no todo el mundo las aplica y son clave para un correcto desarrollo en los hijos. Dada la importancia de este tema, redactaré nuevas entradas específicas para algunas de estas pautas.

- Moralidad explícita.

Explicar qué esta bien y qué no explícitamente, explicándoselo si tienen edad para poder entenderlo. Nadie nace aprendido y no hay conceptos del bien y el mal universales, no esperemos que los sepan si no se los explicamos.

- Normas y límites.

Cuando son pequeños las normas serán pocas y claras. No irán acompañadas de explicación porque no la entenderían pero más adelante podremos explicárselas, lo que no implica tener que negociarlas con ellos. Esto ocurrirá más adeltante si se considera necesario. Las normas deberán ser respetadas por todos: los padres tampoco pueden hacer cualquier cosa. Nosotros somos sus modelos y no tomarán en serio las normas si ven que nosotros no las respetamos. Es importante que entiendan que en el mundo adulto también existen normas y no sólo para los niños, aunque algunas sean distintas. Es también necesario que sepan que los adultos NO TIENEN AUTORIDAD ABSOLUTA sobre ellos, aunque sean sus padres. Podemos establecer una serie de premios o castigos si las cumplen pero no se recomienda si no es necesario. Es preferible emplear reforzadores naturales como indicarles que nos gusta su comportamiento y prestarles atención.

- No etiquetarlos ni juzgarlos por su comportamiento.

Los niños a veces se portan mejor que otras pero esto no los convierte en buenos o malos, ni en vagos, ni en trabajadores, ni en pesados… No los etiquetemos. Si hacemos esto ¿qué podemos esperar de ellos? ¿Si un niño es malo cómo podemos pedirle que se porte bien… si al final va a ser un niño malo igual? Es un niño y hay comportamiento que nos gustan y que no, y por esto es importante recalcarles lo que hacen bien y nos gusta que hagan para que lo sigan haciendo. Lo que no nos gusta debemos indicárselo, “no me gusta que tardes tanto en vestirte” y no insistirle en el tema porque sino estaremos ofreciéndoles atención por un comportamiento que no queremos fomentar. Claramente tampoco será útil compararlos con otros niños o adultos.
- JAMÁS los chantajeemos emocionalmente.
Nunca debemos decirles, por nada, “no te quiero” o que “te quiero menos”. NUNCA. Nuestro afecto no depende de cómo se comporten. Si hacemos esto, además de generarles muchísimo daño a numerosos niveles, sólo conseguiremos alejarlos de nosotros y aunque mantengamos la autoridad no habrá un vínculo fuerte y positivo para la relación Si alguna vez lo hicimos, no está todo perdido: tratemos de no repetirlo de nuevo, y de decirle que si se porta mal no nos gusta su comportamiento o no estamos contentos si lo hacen y/o exigimos que lo hagan porque es lo correcto para ellos. Jugar con el afecto de los niños probablemente comience a pasar factura cuando sean adolescentes y más nos necesiten. Seamos adultos maduros y pensamos que en su salud emocional y en que poder protegerlos si nos necesitan, algo que no podremos hacer si no confían en nosotros ni nos ven como un apoyo fiable. Son nuestros hijos, podemos estar más o menos a gusto, más o menos orgullosos, más contentos o menos, pero JAMÁS dejaremos de quererlos. Eso tienen que saberlo, necesitan saber que, aunque que equivoquen, estaremos ahí y no los daremos de lado.

- Favorecer su autonomía.

No hagamos por ellos aquello que ya saben hacer aunque tarden más. Es común que aunque los niños ya sepan comer, vestirse o incluso bañarse sin ayuda, sean asistidos en estas tareas para terminar antes o por otras razones pero debemos pensar que esto favorecerá su autonomía y pronto podrán realizar otras actividades y ayudarnos o valerse por sí mismos cuando no puedan contar con nuestra ayuda.

- Hablar con firmeza, claridad y en tranquilidad.

Lo correcto es ir a donde están y hablarles en un tono medio. No les gritemos porque estaremos enseñándoles a hacerlo, además de propiciar un ambiente tenso. Recordemos que somos sus modelos. Estar seguros de lo que les decimos, sin titubear. Los corregimos cuando se equivocan y si piden explicación podemos dársela si tienen una edad adecuada para entenderla. No variemos la norma de acuerdo a situaciones, personas… Tratemos de no enfadarnos: la única forma que tienen de aprender es equivocándose para que los corrijamos y se den cuenta de que ese no es un comportamiento correcto. Debemos de tratar de relajarnos, por ellos y por nosotros.

- Sin jerarquía en la autoridad.

Todas las personas intervinientes en su educación deben tener la misma autoridad y seguir la misma pauta educativa. Este es el mejor sistema para enseñar a los niños cómo comportarse. Las normas deberán ponerlas en práctica todos por igual para que sepa que son firmes y que deberá mostrar comportamientos adecuados si quiere recibir atención. Incluso con otros agentes educativos como es la escuela debemos evitar criticar a los profesores o desautorizarlos ya que fomentaremos la falta de respeto y la desobediencia en la escuela.

- Valorarlos.

Tenemos que decirles lo que hacen bien. Ese es el método más eficaz para conseguir los comportamientos adecuados, ya que al ser premiados serán cada vez más frecuentes y tendremos unas dinámicas diarias más relajadas y él sabrá que se está comportando bien y eso es valorado. ¿De qué nos vale portarnos bien si eso no nos reporta ningún beneficio? El otro modo que tienen de conseguir nuestra atención es portándose mal, es muy común que prefieran llamar la atención por mal que tener que prescindir de ella. Ya que contamos con ese gran reforzador natural (nuestra atención) utilicémoslo en favor de la educación. “Me gusta como tes estás portando”, “Cuando dejes de hacer eso te hago caso”, “Mucho mejor, ahora ya podemos hablar”. Podemos emplear otros reforzadores como comida o juguetes, pero es menos recomendable ya que podrían establecer asociaciones dañinas si es muy frecuente. En problemas de obesidad o bulimia es común que se asocie la comida como tranquilizador… en muchos casos porque de niños se les dio comida para que se tranquilizaran y aprendieron a relajarse así.
De
De “Recursos para bebés”

- JAMÁS LES PEGUEMOS.

Parece obvio pero está claro que no lo es. NUNCA es necesario recurrir a la violencia y NUNCA está justificado. Esto genero en el menor miedo a una figura que debería estar para protegerlo, baja autoestima, inseguridad (siente amenaza), que la fuerza física es poder… Esto complicará muchísimo un buen desarrollo del niño. Pensemos que estamos enseñando: pegar puede ser correcto en algunas situaciones, los adultos pueden pegarte… Incluso con un “cachete” los estamos exponiendo a que toleren mejor ser víctimas de malos tratos, ya que no será algo raro para ellos. Estamos humillándolos y generando en ellos un odio enfermizo. Como cuidadores debemos PROTEGERLOS ¿cómo se puede proteger con golpes? ¿Lo permitiríamos de otras personas? Es mejor que nosotros los tratemos con el respeto que merecen y entendamos que tienen unos derechos que nadie tiene legitimidad para romper, él también es una persona como los demás. Pensemos que cada vez que levantamos la mano contra ellos los alejamos de nosotros. No vale de nada quererlos a golpes… no podemos esperar conseguir su afecto así, ni siquiera su respeto, sólo el miedo y el miedo no es eterno ni carente de consecuencias.
Estudios muestran que algunos padres lo consideran educativo, muchas veces porque ellos también fueron víctimas de este tipo de “educación” y no fueron capaces de ver la inadecuación de este método y/o por una falta de control emocional y de la ira. Rompamos este círculo de violencia y eduquemos a nuestros hijos sin golpearlos, recordemos que no es necesario, ni pedagógico, ni útil. Si es necesario castigarlos hagámoslo retirandoles nuestra atención, sin un beneficio, etc.

- Coherencia.

Seamos coherentes y no cambiemos los tratos. Si por comer todo le decimos que lo llevamos al parque, da igual cómo coma mientras lo coma todo y lo que haga después. La condición era comer todo y tenemos que ser consecuentes. Quizás en la próxima ocasión podamos matizar la condición “comer todo sentado y tranquilo”. Tratemos de dar normas claras y en positivo, no serían muy correctas: “no dejar comida en el plato” o “portarse bien”. Y por supuesto tenemos que tratar de no dejarnos llevar por la pena: si no lo cumplió, no recibe el refuerzo acordado, ni por la ira: si se portó mal no nos excedamos quitándole un reforzador que se merece de acuerdo a las condiciones. Demostraremos a nuestros hijos que las normas las podemos cambiar cuando queramos y no creerán en nuestra palabra…

- Información.

Podemos informarnos sobre las diferentes áreas de desarrollo para saber qué podemos esperar a determinadas edades. Esto nos sería útil para desarrollar las estrategias educativas adecuadas.
Seguramente olvidé alguna pauta importante. Estoy abierta a sugerencias, comentarios y a responder dudas que os puedan surgir. Actualizaré la lista en cuanto lo vea necesario. Espero que os resultaran útiles y beneficiosas a la hora de ponerlas en práctica. Está claro que vendrá de perlas una buena dosis de paciencia!! Un saludo a todos!!!